El juicio más grande en la historia legal inglesa ha comenzado, revelando que fabricantes de automóviles prefirieron engañar para vender vehículos en lugar de cumplir con las leyes sobre emisiones contaminantes. Más de una década después del escándalo "Dieselgate", abogados representando a 1.6 millones de propietarios de coches diésel en el Reino Unido alegan que los fabricantes instalaron deliberadamente software para manipular las pruebas de emisiones.
Se argumenta que estos "dispositivos de desactivación prohibidos" podían detectar cuando los coches estaban siendo sometidos a pruebas, asegurando que las emisiones nocivas de NOx se mantuvieran dentro de los límites legales, engañando así a reguladores y conductores. En condiciones "reales", cuando se conducían en carretera, los coches producían niveles de emisiones mucho más altos.
Si la demanda prospera, los daños estimados podrían superar los $8 mil millones. El juicio, que durará tres meses y se celebra en el Tribunal Superior de Londres, se centra en vehículos vendidos por cinco fabricantes: Mercedes, Ford, Renault, Nissan y Peugeot/Citroen desde 2009. El fallo sobre estos cinco fabricantes principales también afectará a otros fabricantes como Jaguar Land Rover, Vauxhall/Opel, Volkswagen/Porsche, BMW, FCA/Suzuki, Volvo, Hyundai-Kia, Toyota y Mazda, cuyos casos no se están escuchando para reducir el tiempo y los costes del proceso.
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