El artículo explora las diferencias fundamentales entre la virtualización y la contenedorización, dos enfoques clave para aislar cargas de trabajo. Antes de que los contenedores simplificaran la implementación, la virtualización revolucionó el uso del hardware. Ambos métodos buscan el aislamiento, pero lo logran de maneras distintas.
La virtualización, o aislamiento a nivel de hardware, implica que cada máquina virtual (VM) ejecuta un sistema operativo completo, como Windows, Fedora o Ubuntu, con su propio kernel, controladores y bibliotecas. El hipervisor (como VMware ESXi, Hyper-V o KVM) se sitúa directamente sobre el hardware y emula máquinas físicas para cada sistema operativo invitado. Esto hace que las VMs sean pesadas, pero ofrece un alto nivel de aislamiento. Son ideales cuando se necesitan ejecutar diferentes sistemas operativos, como Windows y Linux, en el mismo hardware. Sin embargo, el tiempo de inicio de una VM suele ser de varios minutos, ya que implica el arranque completo de un sistema operativo.
Por otro lado, la contenedorización, o aislamiento a nivel del sistema operativo, permite que los contenedores compartan el kernel del sistema operativo anfitrión. No se necesita un sistema operativo separado para cada contenedor; en cambio, se crean procesos aislados con sus propios sistemas de archivos y dependencias. El motor de contenedores (como Docker, containerd, CRI-O o Podman) gestiona el ciclo de vida, la red y el aislamiento, pero todo se ejecuta sobre un único kernel compartido. Esto resulta en contenedores ligeros y rápidos, que se inician en milisegundos, ya que no se necesita arrancar un sistema operativo completo, sino simplemente lanzar un proceso. No obstante, todos los contenedores en un host deben ser compatibles con el kernel de ese host, lo que significa que no se pueden ejecutar contenedores de Windows en un host Linux sin recurrir a trucos de virtualización anidada.
Fuente Original: https://blog.bytebytego.com/p/ep191-virtualization-vs-containerization
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